EL
MUNDO
5 junio
2019
Pfizer
ocultó que uno de sus fármacos contra la artritis podría prevenir el Alzheimer
Laura Tardón
No sólo es un medicamento exitoso para
la artritis reumatoide sino que podría reducir el riesgo de Alzheimer en un 64%
Enbrel es la estrella farmacológica
del día. No sólo es un medicamento exitoso para la artritis reumatoide sino que
podría reducir el riesgo de Alzheimer en un 64%. Un hecho que, tal y como
revela The Washington Post, la propia compañía
farmacéutica, Pfizer, lleva ocultando varios años.
Fue en 2015 cuando, a raíz de un análisis de cientos de
miles de reclamaciones de los seguros, un grupo de investigadores de esta
empresa descubrió que dicho antiinflamatorio tenía tales efectos positivos
sobre el cerebro. Sin embargo, un ensayo clínico supondría alrededor de 80
millones de dólares, así que, tras varios debates internos, Pfizer decidió no
continuar esta línea de investigación y, de hecho, la información no se hizo
pública. Según señala el diario estadounidense, Pfizer lo ha confirmado y lo ha
justificado basándose en sus "rigurosos estándares científicos".
Al parecer, los investigadores de la compañía instaron a
Pfizer a realizar un ensayo clínico en miles de pacientes para comprobar si
realmente Enbrel tenía o no tales efectos "para
prevenir, tratar y retardar la evolución del alzhéimer", tal y como
señalaban en un documento que presentaron a un comité de la empresa en febrero
del 2018.
La compañía farmacéutica ha explicado a The
Washington Post que desde 2015 hasta 2018 se debatía este asunto al no tener
certeza de que el Enbrel pudiera alcanzar ningún
logro contra el Alzheimer dado que no actúa directamente sobre el tejido
cerebral. Pfizer argumentaba que los datos disponibles no reunían sus
"rigurosos estándares científicos" y que por lo tanto, ponía en duda
los resultados. En palabras del portavoz de la empresa, Ed
Harnaga, "la ciencia fue el único factor
determinante para no seguir adelante". Podría haberse abierto una ventana
equivocada a investigadores de todo el mundo.
O quizás al revés. Como reivindican muchos científicos
externos, teniendo en cuenta que el Alzheimer sigue siendo una enfermedad
prevalente sin prevención ni tratamiento efectivo, Pfizer debería haber
publicado los datos para brindar la posibilidad de explorar nuevas líneas de
investigación. "Claro que lo deberían haber publicado. ¿Por qué no?",
afirma en el diario estadounidense Rudolph E. Tanzi,
investigador de la enfermedad y profesor en la Harvard Medical School. Son pistas importantes en el callejón sin salida
que supone el Alzheimer.
"Sería beneficioso para la comunidad científica contar
con esa información", cuenta a The Washington
Post Keenan Walker, profesor asistente de medicina en
Johns Hopkins, que está estudiando cómo la inflamación contribuye al Alzheimer.
"Sean datos positivos o negativos, nos brindan más información para tomar
decisiones mejor informadas".
Etanercept, que es el principio activo de Enbrel, "no atraviesa la barrera encefálica, pero la
hipótesis que habría que probar es si administrándola por vía subcutánea podría
reducir la neuroinflamación que está asociada al
Alzheimer", explica Pablo Martínez-Lage,
neurólogo en el Centro de Investigación y Terapias Avanzadas de la Fundación
CITA-Alzheimer (San Sebastián). Según este especialista, "sería
interesante realizar pequeños estudios para administrar etanercep
por vía subcutánea y comprobar en el líquido cefalorraquídeo si cambian los
marcadores de la inflamación. Si fuera cierto, entonces habría que buscar
dinero porque, efectivamente, hacer un ensayo clínico a gran escala es una
inversión tremenda".
Lo que demuestra este caso es que, evidentemente, las
decisiones tomadas por los ejecutivos de la industria, los responsables en
última instancia ante los accionistas, pueden tener un impacto que va más allá
de las salas de las juntas corporativas.
Cabe destacar que cuando Pfizer tomó la decisión sobre Enbrel a principios del año pasado, la compañía
farmacéutica estaba cerrando su división de neurología, la encargada precisamente
de investigar tratamientos para el Alzheimer, y despidió a 300 empleados.
Además, también coincide con el final de la patente. Con la
competencia de los medicamentos genéricos, las ganancias disminuyen, al igual
que los incentivos financieros para futuras investigaciones sobre Enbrel y otros fármacos de su clase.
En declaraciones a El Mundo, Pfizer aclara: "Nuestra
decisión de no publicar un análisis estadístico de los datos de reclamaciones
de compañías aseguradoras, y nuestra decisión de no realizar un ensayo clínico
más amplio sobre la enfermedad de Alzheimer basado en dicho análisis
estadístico se fundamentó, ante todo, en razones científicas y no sobre la idea
de incentivos financieros como la noticia parece querer implicar".